Tras la devaluación de 1948 los sindicatos ferrocarrilero,
petrolero, minero metalúrgico, de telefonistas y la Coalición de Sindicatos
Industriales llaman a un paro general en el Distrito Federal para contrarrestar
la política del presidente Alemán. Los sindicatos proponen iniciar las
movilizaciones con una manifestación de protesta, la cual no se llevó a cabo. Los líderes obreros, electos
democráticamente, son perseguidos y encarcelados. El comité ejecutivo nacional
del STFRM es desconocido por el
gobierno. Jesús Díaz de León, obrero ferrocarrilero, “El Charro”, traiciona a
sus compañeros y acepta colaborar con el presidente. Respaldados por la fuerza
pública, “los charros” (seguidores de “El Charro”), usurpan la dirección del STFRM. La intención de la
alianza es manifiesta: disolver al grupo ferrocarrilero de Acción Socialista
Unificada, corriente político-sindical encabezada por Hernán Laborde y Valentín
Campa, centro de oposición obrera a la política económica del gabinete
alemanista.
Miguel Alemán en su afán de mostrar estabilidad en el país para que los extranjeros se animaran a invertir en México, decidió sustituir a los líderes sindicales de todos los sindicatos por agentes del mismo gobierno, a esta gente se les llamó charros porque el primero de estos personajes le gustaban los caballos y el jaripeo, todos se caracterizan por hacer desfalcos en los sindicatos y actuar impunemente sin que nadie se atreva a tocarlos porque están protegidos por el gobierno.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta exposición un super paro nacional historico y también una sustitución que cambio a todo el cuerpo de lideres sindicales. Me gusta que les hayan dicho charros!
ResponderEliminarRenée Cornu
Tras la devaluación de 1948 los sindicatos ferrocarrilero, petrolero, minero metalúrgico, de telefonistas y la Coalición de Sindicatos Industriales llaman a un paro general en el Distrito Federal para contrarrestar la política del presidente Alemán. Los sindicatos proponen iniciar las movilizaciones con una manifestación de protesta, la cual no se llevó a cabo. Los líderes obreros, electos democráticamente, son perseguidos y encarcelados. El comité ejecutivo nacional del STFRM es desconocido por el gobierno. Jesús Díaz de León, obrero ferrocarrilero, “El Charro”, traiciona a sus compañeros y acepta colaborar con el presidente. Respaldados por la fuerza pública, “los charros” (seguidores de “El Charro”), usurpan la dirección del STFRM. La intención de la alianza es manifiesta: disolver al grupo ferrocarrilero de Acción Socialista Unificada, corriente político-sindical encabezada por Hernán Laborde y Valentín Campa, centro de oposición obrera a la política económica del gabinete alemanista.
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