La
tensión en el ambiente político en los inicios de la década de los setenta, la
difícil situación económica del país, el surgimiento de la guerrilla urbana, el
contexto internacional, en especial las relaciones con el gobierno estadounidense,
aunado a la crisis internacional provocada por la escasez de petróleo, aumentó
de forma considerable el gasto público, emitiendo papel moneda sin valor y aumentando
la deuda. En este periodo se dio la primera crisis económica desde el inicio del
"Milagro Mexicano" y surgió la
llamada Guerra Sucia, durante la cual una gran cantidad de personas fueron
torturadas y desaparecidas. Sin duda, el análisis del periodo que comprende la
administración del presidente Luis Echeverría Álvarez es fundamental para
comprender las consecuencias, límites y contradicciones que se presentaron y
siguen presentándose en el ejercicio del poder.
La “reconciliación” con los sectores medios y
comunidad universitaria
Tras la deslegitimación que dejó
la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968, considerada como uno de los
enfrentamientos más significativos del pueblo de México ante el gobierno,
Echeverría intentó recuperar la confianza de los jóvenes. Las ofertas de
trabajo y puestos dentro de la burocracia no se hicieron esperar, el aumento en
el gasto público era uno más de los recursos de los que echó mano esta
administración. En sus intentos por atraer a los grupos inconformes, se crearon
nuevos centros de educación superior, La UAM (Universidad Autónoma Metropolitana)
en 1974 por ejemplo, además de aumentar el presupuesto de la UNAM en casi un
mil por ciento. A pesar de esto, un gran número de jóvenes y parte de la
sociedad civil, habían ya optado por la guerrilla urbana. Secuestros y
atentados en contra de empresarios y políticos por parte de la Liga 23 de
Septiembre, son solo una pequeña muestra de los diversos movimientos que
surgieron exigiendo autonomía, democracia y legalidad en los procesos políticos
y sociales del México del siglo XX.
En
este contexto, no podemos ignorar el 1 de Junio de 1971. Alumnos de la UNAM y
el IPN convocaron a una gran marcha, saliendo del Casco de Santo Tomás, exigían
la democratización de la enseñanza y la libertad a presos políticos. Antes de
llegar a su destino, fueron atacados por un grupo paramilitar conocido como
“Los Halcones” organizado, entrenado y dirigido por el entonces coronel Manuel
Díaz Escobar y que inició sus acciones represivas en 1961. Los ataques
provenían de edificios y puntos estratégicos, lo que muestra la coordinación de
este grupo con las autoridades. El saldo extraoficial de aquel episodio, fue de
45 muertos y centenares de heridos. La policía no apareció por el lugar. Este
episodio confirmó una vez más la distancia que hay entre opositores e
inconformes y el Estado, quien hizo uso de su derecho legítimo a someterlos por
el desafío. Torturas, desapariciones forzadas, asesinatos y amedrentamiento de
miles de familias fueron y siguen siendo los métodos más efectivos para
silenciar a la ciudadanía.
La política económica
Considerado como un país
dinámico, con moneda sólida, un buen pagador y con “todo controlado” México
daba una imagen positiva al exterior. La economía era cada vez más
diversificada en términos de ocupación, producción y exportaciones. Según
Carlos Tello, para 1970, en México se cumplían 35 años de paz
posrevolucionaria, de una economía predominantemente agrícola y rural se había
transformado en buena medida en una en su mayoría urbana e industrial. Pero
esto era solo una cara de la moneda, Hacia el año de 1970 el número de hombres
desempleados aumentaba, los servicios educativos eran deficientes. En salud,
sanidad y vivienda los servicios tenían un retraso de lustros. Las mejoras en
el transporte por carreteras contrastaban con la marginación de las zonas
rurales y el estancamiento del ferrocarril y el mercado interno. Los
acontecimientos del jueves de Corpus, la situación de recesión y desempleo
pusieron en entredicho la política puesta en marcha Echeverría. Se abrió
entonces la época del populismo mexicano, Luis Echeverría intentó reanimar a la economía aumentando el
gasto público lo que se confundió con progreso, sin embargo, esto se convirtió
en una crisis económica que afectó sobre todo a quienes tenían menores
ingresos.
Los
avances en materia económica que se dieron durante su mandato no fueron
suficientes para detener ni sobrepasar la crisis económica internacional que
enfrentaba el país y provocada por la escasez de petróleo. Ante ello disminuyó
la inversión privada, el gasto público aumentó de forma considerable, emitiendo
papel moneda sin valor y la deuda externa aumentó de 6,000 millones de dólares
que había heredado Díaz Ordaz a más de 20,000 millones. Compró empresas al
borde de la quiebra para sostener los empleos, pero a costa de ineficiencias y
corrupción. Durante su gobierno el tipo
de cambio fijo que existía desde 1954, de $ 12.50 por dólar, al final de su
sexenio llegó a los 20 por dólar. En 1976, al entregar la Presidencia a López
Portillo se produjo una nueva devaluación de la moneda, lo cual se afirma como
causa, más tarde, de la crisis nacional.
Conclusiones
Los hechos sociales ocurridos en
el sexenio de Luis Echeverría Álvarez y, en cualquier otro, difícilmente pueden
ser redactados en unas cuantas cuartillas. En este caso, teniendo en cuenta el
nombre de nuestra experiencia educativa, considero que los cambios en la
economía, política y sociedad durante este periodo determinaron lo que
sucedería en los sexenios venideros.
La
crisis económica, no fue precisamente causada por los dirigentes en su afán de
enriquecerse, aunque no podemos descartar esa posibilidad, considero que los
acontecimientos internacionales junto con los intereses de expansión
capitalistas de EUA fueron lo que más afectó a nuestro país. El mandato de
Echeverría marca el fin del llamado “Milagro Mexicano”. La lucha incansable por
el poder y por poseer los medios de producción son dos de las cosas que nunca
permitirán un desarrollo, eso acompañado del conformismo de todos nosotros, que
somos quienes seguimos dándole sentido al sistema dejándonos arrastrar por sus
comodidades innecesarias. Los presidentes actúan conforme a intereses de muy
diversa índole, en beneficio de empresas, bancos, políticos en el exterior,
etc. Es por eso que no podemos culpar a una figura cuando hay mucho más allá.
En cuanto a la política, en este periodo es
claro que el Estado no puede manejar los distintos movimientos sociales que
surgieron en contra del régimen, la falta de legitimidad y el autoritarismo que
caracterizó al mandato de Echeverría no era algo nuevo, sin embargo, contrastó
enormemente con lo que se pretendía introyectar al pueblo. Los desafíos fueron
fuertemente reprimidos, la guerra sucia es prueba fehaciente de ello. La sociedad, aquello que se vio más afectado
en su configuración. Los sectores sociales vulnerables en ese tiempo y ahora
sufriendo por las decisiones que se toman desde arriba; la clase media
preocupada por las cosas más superfluas y gastando más de lo que gana. Las
élites indiferentes a lo que pasa a su alrededor. La situación en general ha
cambiado, pero no de manera positiva y
no será diferente mientras sigamos pensando que asistiendo a las urnas y votar hace alguna diferencia.
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